domingo, 29 de noviembre de 2009


Cuando somos niños soñamos con cosas pequeñas, sencillas, un helado de frutilla, una muñeca que llora y hace pis, o esa bicicleta que tiene tu vecino.

Cuando nos hacemos mayores nuestros sueños cambian con nosotros, se vuelven complejos, igual que nosotros, y los sueños se rompen de golpe cuando se topan de frente con la realidad, porque la realidad a menudo es distinta a como uno cree que es, las personas no siempre son lo que aparentan, ni las relaciones y mucho menos los sueños y esa realidad es la que se encarga de poner a cada uno en su sitio, lo que uno cree que es negro puede ser blanco, lo que uno cree que es blanco probablemente sea de todos los colores del arco iris. porque...uno sabe como empiezan las cosas, pero nunca sabe cómo van a terminar

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"otra polilla en busca de la luz"